Carlos M. González (USFQ Alumni), director de obras de teatro de grandes escenarios del mundo

¿Cómo ha sido desarrollarte en el mundo del teatro aquí en Ecuador y hacerlo independientemente?

Es muy lindo, es estresante, es un nicho que no existe y que se empieza a abrir. Todo reto tiene su encanto y adrenalina. Estas creando y abriendo un camino, y puedes ir poniendo las reglas y lineamientos, las ventajas que tiene de empezar algo nuevo acá. 

Algo que destaca de tu trabajo es la calidad, cuéntanos un poco de este tema..

Para obras de esta magnitud que se han presentado en ciudades grandes y en las que requieres licencia y aprobación de los derechos, es necesario poner una vara alta, de esto depende que te den licencias para futuras producciones. Producir estas obras en Ecuador es demostrar que hay talento y la idea es mostrar al mundo que somos un nicho apto para el montaje de producciones de teatro de talla mundial.

¿Cuál es el rol que cumples como productor/director?

Mi rol de director general es coordinar toda la puesta en escena desde las coreografías paletas de colores, luces, movimientos escénicos, intenciones, es poner el libreto en vivo en escena. Materializar las palabras. Que se vea bien. 

¿Cuánta gente se necesita para la producción de una obra como Mamma Mia?

Somos dos productores, Daniela Cabezas y yo, nos encargados de la producción general, coordinación de auspicios, gestionar licencias, pagos, presupuestos, logística, y más con respecto a producción. Pero de ahí en el equipo somos alrededor de 30 a 40 personas entre artistas, músicos, utileros, costureras, maquillistas, peluqueros, vestuaristas, escenógrafos, carpinteros, técnicos. Todo lo que ven en el show, es el reflejo de un gran equipo de personas y trabajo.

¿Qué has aprendido durante este proceso?

El teatro se aprende haciendo, solo en la ejecución uno puede aprender lo que no aprende en la escuela. Con el montaje de cada obra se aprende, hemos aprendido a gesitonar permisos, tiempos, montaje, negociaciones y como gestionar para que toda la logística del montaje sea posible y exitosa.

¿Cuándo comenzaste a trabajar con Mamma Mía?

La gente está ávida por salir, por vivir experiencias, y no solo de arte sino también de consumir, de recuperar ese tiempo de encierro por la pandemia. El teatro es arte en vivo, las artes escénicas tienen esa magia de presenciar en vivo y en directo, transmitir sensaiones, emociones únicas. El teatro es vida y ha vuelto.

¿Cuál es el mayor desafío al producir una obra de este calibre? (Mamma Mía)

El Financiamiento, el costo de montaje para una obra así es aproximadamente los $150.000.  Lo que ves en escena es mucho trabajo de mucha gente, por eso los presupuestos son tan altos. Toma tiempo levantar los fondos, esta vez hemos encontrado empresas que creyeron en el proyecto y apostaron por la obra. Sin embargo, otro reto es hacerlo en medio de la pandemia, tenemos 27 artistas en escena y todavía hay riesgo de contagios.

¿Qué le dirías a un estudiante o recién graduado? 

Sigan creyendo y soñando, aunque suene muy romántico, persigue tu sueño y trabaja en él, las cosas llegan, aunque existan momentos difíciles, pero ahí es cuando hay que seguir. Es importante tener un gran equipo de trabajo que crea en ese sueño, las cosas funcionan y se dan. Es posible hacer lo que amas y vivir de eso, es posible vivir del teatro. 

¿Qué consideras que se viene a futuro?

Nuestra intención como productora es traer al Ecuador obras que se ven en grandes escenarios del mundo y que se vuelva un gran atractivo turístico cultural.  En 10 años me veo tal cual como ahora, en el teatro, más afianzado, con más gente, productora más posicionada y con una cultura de teatro más grande. A la gente le gusta el teatro musical, cada vez este grupo se va enganchando y enamorando. Espero que en 10 años tengamos más obras y más tiempo en cartelera, generar más trabajo para los involucrados y que se active la ciudad. Todos ganamos.