María Paz Jervis Pástor, alumni
de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), es una de las voces más
influyentes del Ecuador en temas de liderazgo, democracia, equidad y compromiso
social. Graduada en 2006 como abogada, su carrera ha sido una constante
construcción de puentes entre el sector productivo, el servicio público y la
defensa de los derechos humanos, impulsando siempre un cambio estructural desde
la coherencia y la ética.
Desde muy joven, María Paz tuvo clara su vocación. Aunque comenzó sus estudios en otra universidad, fue en la USFQ donde encontró el espacio para crecer académica y personalmente. “Esta universidad sacó lo mejor de mí”, afirma, reconociendo que fue ahí donde encontró las herramientas para enfrentar desafíos con compromiso y visión.
Con una sólida formación que
incluye un diplomado en género, violencia y justicia en FLACSO, una maestría en
Relaciones Internacionales con énfasis en derechos humanos y seguridad, y un
programa de Alta Dirección en IDE Business School, María Paz ha sabido tejer
una carrera multifacética. Fue también la primera docente en dictar la materia
de “Perspectiva de género en la diplomacia” en la Academia Diplomática del
Ecuador, abriendo camino para nuevas generaciones de mujeres líderes.
Actualmente, es Presidenta Ejecutiva de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), un rol desde el cual ha impulsado el fortalecimiento del sector productivo ecuatoriano con visión de futuro, inclusión y responsabilidad.
Más allá de sus cargos, lo que
distingue a María Paz es su propósito inquebrantable: contribuir al desarrollo
del país desde el lugar en el que se encuentre. “Soy consciente de que surjo de
una posición de privilegio por el acceso que tuve a educación y seguridad, y
eso me hace aún más responsable de abrir camino, especialmente para otras
mujeres”, asegura. Su convicción feminista, que tomó fuerza tras leer “Una
habitación propia” de Virginia Woolf en una clase en la USFQ, ha guiado su
lucha por la igualdad con claridad y firmeza.
Su liderazgo es una mezcla de preparación, intuición, ética y, sobre todo, humanidad. Cree en dejarse sorprender por la vida, en construir desde el esfuerzo y en trabajar con propósito. “Lo que vale, cuesta”, les dice siempre a sus hijos y estudiantes, invitándolos a recorrer el camino con paciencia, compromiso y pasión.
Para ella, el éxito no se mide en títulos ni en
reconocimientos, sino en el impacto real que se puede generar desde la
coherencia y la responsabilidad. “Per aspera ad astra” —por la áspera pendiente
hacia la cumbre—, repite con convicción, recordando que los grandes logros se
construyen paso a paso, con propósito y corazón.
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