Durante su formación, tuvo la oportunidad de aprender junto a figuras que dejaron huella en su carrera y que fomentaron su búsqueda artística y su compromiso con la excelencia. La experiencia en proyectos como Solo Vox y La Fábrica Jazz Club reforzó en ella valores que hoy considera fundamentales: el trabajo en equipo, la disciplina y la emoción de hacer música desde la conexión y la entrega.
Actualmente, Jenny combina la creación musical, la enseñanza y la gestión cultural con una energía que define su trayectoria. Para ella, estos espacios no son mundos separados, sino partes de una misma vocación. Cada escenario, aula o proyecto alimenta su visión de que el arte puede ser un motor de cambio y de comunidad.
Comprometida con el desarrollo cultural de Guayaquil, Villafuerte observa con entusiasmo el crecimiento de la escena musical ecuatoriana, a la que describe como “diversa, valiente y en plena expansión”. En su opinión, los artistas del país están construyendo una identidad renovada, en la que lo tradicional y lo contemporáneo dialogan desde la autenticidad y la emoción.Con una carrera marcada por la constancia y la pasión, Jenny también ha enfrentado los retos de ser mujer en el ámbito artístico. Su voz, sin embargo, se ha mantenido firme y comprometida con abrir camino a nuevas generaciones. “Confíen en su visión, prepárense, no teman liderar y aprendan a pensar en equipo”, aconseja a las jóvenes que inician su carrera musical.
La historia de Jenny Villafuerte Peña refleja el poder del arte para trascender fronteras personales y colectivas. Desde la docencia, la creación y la gestión, su labor continúa inspirando a quienes creen que la cultura es, ante todo, una forma de transformar realidades.
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