El Alumni USFQ Diego F. Cisneros-Heredia, destacado biólogo ecuatoriano y actual profesor de la Universidad San Francisco de Quito, vuelve a sorprender al mundo científico con el descubrimiento de una nueva especie de araña: Tapinauchenius montufari, nombrada en honor a Carlos Montúfar, figura clave en la historia y desarrollo institucional de la USFQ.
Diego, quien obtuvo su licenciatura en Ecología Aplicada en la USFQ y posteriormente una maestría y un doctorado en King’s College London, es actualmente vicedecano de Artes Liberales, director del Instituto de Biodiversidad Tropical IBIOTROP, curador del Museo de Zoología y director del Hospital de Fauna Silvestre TUERI. Con más de 200 publicaciones científicas y una trayectoria que supera los 25 años de investigación, educación y conservación, su aporte ha sido fundamental para la comprensión de la biodiversidad ecuatoriana.
Una vida dedicada a descubrir lo desconocido
Su interés por la biodiversidad comenzó desde temprana edad. Primero fueron las aves cuando tenía ocho años; luego llegaron los anfibios, reptiles y, más adelante, las arañas, grupo que encontró fascinante por su enorme diversidad y relevancia ecológica.
Con el tiempo, esta curiosidad se transformó en un programa de investigación sólido que integra taxonomía, historia natural, biogeografía y conservación, y que hoy es referente nacional e internacional. A lo largo de su carrera, Diego ha descrito 83 nuevas especies y géneros, entre ellos 47 anfibios, 9 reptiles, 25 arañas y otros invertebrados.
“Describir una especie nueva es un privilegio científico y humano”, afirma. Para él, cada descubrimiento es “una pieza más del rompecabezas de la vida” y una oportunidad para tomar mejores decisiones de conservación en un país megadiverso como Ecuador.
Un homenaje a quienes abren caminos
La decisión de nombrar la especie Tapinauchenius montufari en honor a Carlos Montúfar surgió de manera natural. Diego recuerda con gratitud su paso por el curso socrático de Cosmos y su cercanía académica con Carlos, el actual Presidente del Consejo de Regentes y fundador de la universidad.
“Su amistad, confianza y apoyo han sido invaluables”, explica. “Nombrar una especie es reconocer trayectorias humanas de profundo impacto, y Carlos ha sido fundamental para la construcción de comunidad académica y científica en la USFQ”.
Este homenaje se suma a una lista de especies que Diego ha dedicado a personas que han marcado profundamente su vida, entre ellas Santiago Gangotena, su abuela Laura Heredia, su madre María Elena Heredia, y científicos como Roy W. McDiarmid y Gerald Durrell.
Un año prolífico en el IBIOTROP
El programa de investigación en arañas del IBIOTROP–USFQ ha tenido un año especialmente notable. Diego atribuye estos resultados a un equipo sólido, colaborativo y apasionado, a la infraestructura científica de la universidad y a una cultura que prioriza la apertura de datos, la rigurosidad y la participación activa de estudiantes.
Su rol como mentor ha sido clave: “Acompañar a los estudiantes, verlos crecer y publicar sus primeros artículos es profundamente inspirador. La ciencia avanza cuando se transmite”.
Expediciones que marcan una vida
Entre sus experiencias más memorables se encuentran sus expediciones en la Estación de Biodiversidad Tiputini, donde ha observado especies jamás registradas y vivido momentos decisivos para su carrera. Recuerda con emoción aquellas noches de muestreo bajo la lluvia o los momentos colgado a 40 metros de altura para encontrar especies que años después serían nuevas para la ciencia.
“La biología de campo reafirma mi vocación y pasión”, señala. “Es ahí donde la naturaleza se revela en toda su magnificencia”.
La USFQ como hogar académico
Para Diego, la USFQ ha sido un espacio que ha permitido integrar ciencia, docencia, gestión y artes liberales de manera natural. Destaca la libertad académica, el impulso institucional a la investigación y la importancia de un entorno donde los estudiantes son protagonistas del proceso.
Un mensaje para la comunidad Alumni USFQ
“La ciencia es una forma de mirar el mundo con curiosidad, disciplina y ética. Si sienten esa inquietud, sigan explorando. Ecuador necesita científicos capaces de pensar críticamente y construir conocimiento que transforme realidades”.
Finalmente, invita a los Alumni a mantener la conexión con su alma mater: “Nuestra comunidad se fortalece cuando compartimos experiencias y construimos redes que trascienden generaciones”.
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